La vieja bañera se convirtió en un sofá para la entrada. Fotos: cortesía
Para Carolina Rodas y Felipe Donoso, la estética y el estilo no son una preocupación. Los proyectos de arquitectura y diseño de estos jóvenes profesionales siguen una filosofía reflexiva, basada en temas como la optimización de recursos y la calidad de vida.
Esto también se demuestra en su casa, donde el diseño empieza desde la gestión, el trueque, los beneficios mutuos, la rehabilitación y la reutilización, entre otros aspectos.
“Nuestra mejor tienda son los anticuarios, botaderos y espacios independientes, de donde se pueden sacar las mejores piezas”, comenta Rodas.
La adecuación del departamento que alquilan empezó así: desde la gestión. Este se encuentra frente a Torno Co. Lab, su estudio de arquitectos, en el sector de la Rumipamba.
Los espacios sociales son abiertos, simples y funcionales para la pareja y las visitas.
A partir de un proyecto barrial, Carolina y Felipe conocieron a la dueña del departamento. Estaba a medio remodelar, no tenía baño, había humedad y requería de arreglos.
Los arquitectos querían un lugar para vivir cerca de su trabajo. Así que llegaron a un acuerdo: ellos rehabilitaron el espacio, a cambio de dos años sin pagar arriendo. “Se trató de un ganar-ganar. El presupuesto para el arreglo debía ajustarse al que nosotros teníamos para el alquiler y la dueña no invirtió nada en esto ni cubrió el rubro de diseño”.
En función del acuerdo se decidió implementar solo lo necesario para los acabados.
El espacio se rehabilitó con nuevas instalaciones eléctricas, de agua y sanitarias. Además se cambió todo el cableado y se dejó a la vista.
Una estantería de suculentas armoniza el entorno.
La reutilización es fundamental en esta vivienda. Algunas paredes, como la de la cocina, se quitaron para obtener espacios abiertos y amplios. La puerta de este sitio se implementó como desayunador, templado con cable de acero.
También se recuperaron los armarios, el parquet y otros elementos como una bañera que se convirtió en un sofá.
Rodas y Donoso explican que procuraron no llenar el espacio con muchos elementos, sino solo los necesarios. Así priorizaron la recuperación de lo que estaba en la casa.
Tampoco intentaron combinar las piezas de diseño, sino que cada una tenga su propia identidad y funcionalidad.
El departamento cuenta con dos dormitorios, un estudio, un taller, dos baños, sala, comedor, cocina y terraza.
Para la pareja, además del diseño eficiente, es importante la calidad de vida que tienen al vivir cerca de casa. Así evitan largas jornadas de movilización al día, que dificultan el ritmo de la ciudad.