Estas de vidrio son creación del Arq. Carlos Garcés. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
En arquitectura, las gradas constituyen el sistema de comunicación y circulación vertical fundamental. Pero, además de sus funciones, constituyen parte del diseño interior.
Lo importante es que ninguno de los dos parámetros prevalezca; las gradas son tan seguras como estéticas.
Para determinar la presencia de este elemento, hay que entender la relación entre la huella (la superficie sobre la que se pisa) y la contrahuella (la superficie en vertical).
El arquitecto Fausto Acosta dice que las gradas deben resolver de la mejor manera la comunicación vertical. Para eso -explica- lo primordial es un adecuado estudio de su ubicación.
“Deben ser un elemento de fácil visualización, acceso y desarrollo. Se rigen por parámetros estrictos de construcción. Sus medidas están estandarizadas a nivel mundial: la suma de dos contrahuellas más una huella debe dar 64 cm”.
Una vez que lo técnico esté claro… viene lo decorativo.
“Las gradas dan lugar a tantas formas, colores y texturas que se deben aprovechar esas bondades estéticas para el embellecimiento de un espacio arquitectónico”.
Hay gradas de madera, de vidrio, de metal, de piedra, de ladrillo, de hormigón con revestimientos y hasta de barro. Todas ellas se acoplan a estilos interiores diversos, según sus diseños, y a las bondades de cada material.
Estas lúdicas, tipo Lego, se usan en la empresa Kruger. Foto: archivo EL COMERCIO
Para el arquitecto Carlos Garcés, al elegir el material de las gradas hay que pensar en la estructura, los soportes, el tipo de arquitectura de la casa, el estilo interior…
“Si es una grada de vidrio, debe ir acompañada de elementos de punto fijo en acero inoxidable; una escalera común -netamente en hormigón- puede ir revestida de porcelanato; y una grada de caracol es con estructura de hierro y tol. Pero todo depende de los otros elementos de un ambiente”.
Carolina Zambrano, arquitecta e interiorista, menciona entre las principales tendencias a las gradas de vidrio, de acero y de madera.
Explica que en las primeras, el vidrio debe ser templado y de no menos de 20 líneas, para garantizar la seguridad. Esta alternativa -indica- funciona en la decoración moderna y minimalista.
Las de acero, cuando es inoxidable, se apega al moderno por su acabado. Y si es acero sin tratar, cabe en el estilo industrial.
Esta profesional considera que lo fundamental sobre las gradas es la seguridad, dada por un buen cálculo del anclaje que se necesite, para evitar vibraciones. “La estética no prevalece ante la función ni viceversa”.