Este inmueble patrimonial está ubicado en las márgenes del río Yanuncay. La cruz colocada en 1948 fue recuperada. Fotos: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
La casona Jesús Arriaga es uno de los bienes patrimoniales que se conserva en la capital azuaya. Este inmueble, que fue construido entre finales del siglo 19 e inicios del 20, está ubicado en las riberas del río Yanuncay, en el sur de Cuenca.
Es uno de los 18 inmuebles que el Municipio recuperará por su deterioro y para preservar las técnicas ancestrales de construcción. La intervención empezó en febrero del 2016 y finalizará este mes.
Es una construcción de dos plantas. Tiene cimientos de piedra, paredes de adobe en la primera planta y de bahareque en la segunda. Todo el cielo raso, al igual que los aleros, son de carrizo y barro (enchacleado) y cuenta con una cubierta de teja artesanal.
Según el director de la obra, Jorge Maldonado, la casa Jesús Arriaga estaba en pésimas condiciones debido a que se encontraba abandonada y porque soportó dos incendios en el 2013 y 2015. “La estructura de madera y bahareque estaba quemada y no ofrecía resistencia ni durabilidad”.
El carrizo es un material predominante en la vivienda.
Durante el proceso de intervención, cuenta Maldonado, se hicieron huecos para determinar cómo estaba la cimentación y se determinó que no existía en ciertos espacios. Luego se analizaron las paredes de adobe y bahareque, la cubierta y los elementos de madera estaban quemados.
Maldonado señala que se conservaron contadas vigas porque la mayoría no ofrecía resistencia y se cambió completamente la cubierta. Además, se colocó una viga de madera sobre las paredes que se conoce como solera o collar. La intención fue distribuir el peso para que no se concentre en pocos lugares de los muros.
Él explica que las paredes de bahareque, al estar quemadas, no servían. Por ello, se realizó su reconstrucción colocando columnas y vigas de madera y travesaños para colocar los carrizos y la cabuya.
El bahareque es la denominación de un sistema de construcción de viviendas en el que se emplean palos, cañas, carrizos entretejidos y es cubierto con barro. En este caso, dice Maldonado, hay elementos de madera que forman la estructura como columnas, vigas, tiras y los carrizos. Además, la cabuya y barro.
El acceso al segundo piso fue reconstruido.
El barro del revoque fue preparado durante cinco semanas. Maldonado explica que este material debe estar podrido para que no se adhiera y se debe aplicar en dos capas de dos centímetros.
La primera se coloca con paja gruesa. La segunda se lo hace sobre la anterior y añadiendo paja fina de 20 centímetros largo y de forma vertical.
Una vez que el revoque está seco se aplica el empañete, que es guano de caballo desmenuzado con tierra amarilla. Según Maldonado, se bate con agua y luego se mezcla un litro de resina y cuatro galones de empañete. Después se aplica sobre el revoque seco una capa de tres a cinco milímetros.
Posteriormente, se termina con el blanqueado, que se prepara con un litro de resina, tres litros de agua y cuatro galones de cal bien batidos. Es necesario aplicar con brocha.
La cubierta fue recuperada en su totalidad porque la estructura del techo no servía.
Otra técnica ancestral que se aplicó en esta intervención es el enchacleado, que se emplea en el cielo raso o tumbado. El constructor explica que las vigas del entrepiso son amarradas con carrizos guías, conformados por tres carrizos gruesos y amarrados entre sí. Estos se sujetan con alambre. Luego es recubierto con barro, que tiene el mismo tratamiento que recibe para usar en los muros de adobe, el empañete y el blanqueado.
Esta casona, que perteneció originalmente al sacerdote Jesús Arriaga, está emplazada en un predio de 6 870 m² , con un área de construcción de 772 m². En el 2002 fue expropiada por el Municipio porque ocupaba espacios verdes para protección de las márgenes del río Yanuncay, dice Maldonado.
Según él, durante todo el proceso la Dirección Municipal de Áreas Histórica y Patrimoniales supervisó para que se cumplan todas las normativas para la conservación de los bienes patrimoniales.
La inversión en el proceso de recuperación, reconstrucción y ampliación, el Municipio de Cuenca invirtió USD 400 000.
Se prevé que la casa sirva como una galería de arte y como espacio para las manifestaciones culturales.