La paja y la madera se combinan en Quillán

Se la utiliza en la construcción de sistemas de fachadas de piedra.

Se la utiliza en la construcción de sistemas de fachadas de piedra.

La edificación está en medio de una laguna artificial. Posee un mirador. Fotos: Glenda Giacometti / Construir

Los habitantes de Quillán La Playa aún utilizan las técnicas ancestrales en la construcción de sus viviendas, sitios turísticos y hosterías.

La madera de eucalipto, la paja, el chaguarquero y la soguilla son los materiales que utilizan en esas edificaciones de estilo rústico.

Los pasamanos y las columnas son de eucalipto y están decorados con pedazos de troncos. Esos detalles vuelven atractivos a esos espacios. En el interior de la construcción se mantiene el ambiente cálido en horas de frío y es fresco cuando hay calor. “Es térmica porque mantiene el calor de hogar”, dice Manuel Tenelema, propietario del Centro Turístico Mirador Quillán.

Esta técnica la empleó Manuel Tenelema, constructor, en el paradero localizado en el sector de Quillán, dirigiéndose por la vía Ambato-Izamba-Aeropuerto-Quillán La Playa o ingresando por la parroquia de San Miguelito, en el cantón Píllaro, en Tungurahua.

En ese centro turístico se ofrecen varios platos con trucha.

En su restaurante ofrece a los visitantes nacionales y extranjeros las especialidades de la casa como la trucha frita, trucha al vapor, albóndigas de trucha, chicharrones de trucha, maito de trucha, medallones de trucha y trucha asada. La trucha es la protagonista del menú. A más de conocer y recorrer ese lugar rodeado por la naturaleza se puede disfrutar del tradicional caldo de gallina, las papas con cuy o conejo.

Su propietario, Héctor Tenelema, cuenta que la edificación tardó un año en construirse. En los 70 metros cuadrados también se realizan eventos y la presentación de artistas.

El escenario también fue construido con madera. Los materiales andinos son perfectamente combinados con la piedra de río, el cemento y otros materiales que utilizan los taitas y mamas de las comunidades.

Tiene una forma de hexágono y se levanta en un islote en medio de una laguna de agua de vertiente que desciende desde las montañas para dar vida a ese valle localizado en las playas del río Culapachán. Estos espacios seguros son amigables con el ambiente.

La construcción encaja con el paisaje natural. Ahí funciona un restaurante y un lugar de convenciones.

Es más, encajan en el paisaje verde que rodea. Dos puentes de madera permiten el ingreso a la choza. Tenelema, administrador del Mirador Quillán, cuenta que se establecieron espacios importantes como el mirador que está en la pilastra central de la construcción.

Desde ese sitio se puede mirar el paisaje que circunda a la edificación. “El diseño es un atractivo para los visitantes, especialmente extranjeros, que recorren por sus caminerías hasta las riberas del afluente o pasean en los botes en la laguna”.

Ahora planea la construcción de una cabaña con las técnicas constructivas autóctonas del sector. La idea es que los visitantes pasen la noche en el sitio y al otro día practiquen, desde el puente hasta Quillán La Playa, ‘rafting’, que es otro de los servicios que ofrece ese centro. Disfrutarán de siete kilómetros de adrenalina.

En la choza se destacan los estrechos corredores que son característicos en esas edificaciones rústicas o de campo. Tenelema es especialista en las construcciones con madera de eucalipto. Esa puede resistir más de 40 años sin curar.

La madera y la paja se usaron para la construcción.

Tenelema asegura que el árbol debe ser cortado durante la luna llena. “Hay gente que corta en cualquier fecha del mes, por eso no resiste a la polilla, pero lo recomendado es obtenerla entre el 23 o el 24 de cada mes. Aplico los conocimientos que me enseñaron mis abuelos y padres, es una técnica que no debe desaparecer”.

Los 12 troncos, que son los pilares, sostienen la gigante estructura de la casona elíptica. En el techo se empleó la paja de páramo tejido. Está sujetada con varias sogas de cabuya, unida al yute y otros elementos. Esta unión vuelve impermeable al techo.

Según Tenelema, el mantenimiento de la madera y del techo se realiza con humo. Eso evita que insectos dañen la paja y afecten la estructura que puede durar entre 14 y 20 años.

Levantar una infraestructura de esas puede costar entre USD 5 000 y 6 000. Más de 200 personas llegan semanalmente a este centro turístico ubicado a 30 minutos de Ambato y 2 horas y media desde Quito.

Suplementos digitales