Repentinas nupcias

Se conocía del inicio de la ronda de las autoridades económicas por los centros financieros internacionales para promocionar una próxima emisión de bonos, que el Presidente estimó en USD 700 millones. Pero el coqueteo del Gobierno con mercados financieros pasó a mayores y de manera sorpresiva contrajeron nupcias: colocación de bonos a 10 años por USD 2 000 millones, casi tres veces el valor anticipado por el Presidente.

El retorno a los mercados es una buena nueva. Al menos una pequeña parte de los mismos superó la reticencia que causa la propensión del Ecuador a la moratoria.La concesión por parte de Goldman Sachs de un crédito por USD 400 millones fue un buen antecedente para romper resistencias de los inversionistas, aunque en la operación Goldman no corre riesgos. Como Goldman Sachs tiene como garantía el oro del Banco Central, en la práctica lo que hay tras el swap es un crédito del Banco Central al Gobierno.

La colocación de bonos diversifica las fuentes de financiamiento. Desde la moratoria hemos conseguido muy poco crédito externo neto (o sea, que alguien nos desembolse más de lo que le amortizamos) excepto de China. Y todo indica que con nuestro pedido que China financie el gigantesco proyecto de la Refinería del Pacífico, Pekín reduciría su crédito para otros fines.

Las condiciones de los créditos chinos, de alrededor de 7% y garantizados por la venta de petróleo a PetroChina, que paga a través de los bancos acreedores, sirvieron de referencia para la tasa de interés, 7,95%, esto es 5,32 puntos porcentuales por encima del rendimiento de los bonos de los EE.UU. La diferencia cuantifica cuánto más riesgosos son los bonos ecuatorianos que los estadounidenses.

Simultáneamente al Ecuador, Kenia hizo la primera emisión de bonos de su historia. El segmento a 10 años fue a 6.875%; los mercados cuantifican el riesgo de Ecuador como mayor al de Kenia en 1 punto porcentual.

Las autoridades revelan que hubo demanda para los bonos ecuatorianos por USD 5 000 millones. Por eso se entiende que la emisión de los que serían bonos 2014 haya sido superior a lo inicialmente previsto.

Pero no comprendemos por qué no se aprovechó la ocasión para hacer una emisión aún superior. A no ser que las autoridades estén revisando a la baja el presupuesto de inversiones, y por lo tanto son menores las necesidades de financiamiento. El Presidente ha dicho que no hay plata.

En todo caso, los USD 2 000 millones reducen sustancialmente las necesidades de financiamiento en 2014. Pero el escenario se repetirá en 2015, con el agravante que habrá que amortizar USD 650 millones de los bonos globales que se vencen.

El Gobierno no puede mantener indefinidamente una estrategia de crecimiento basada en el endeudamiento agresivo. Un giro de timón es indispensable.

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