Acuerdo con EE.UU.

Tras la reciente visita del presidente Lenín Moreno a los Estados Unidos se han abierto grandes posibilidades de firmar un acuerdo de comercio con los Estados Unidos.

Pese a que el mercado norteamericano no es actualmente el primer destino de nuestras exportaciones (las exportaciones no petroleras durante el 2019 fueron por USD 3018 millones a la Unión Europea, USD 2682 a China y USD 2680 a los Estados Unidos) la firma de un acuerdo de comercio podría potenciar y dinamizar mucho más la actividad productiva y las inversiones. El principal producto de exportación a este destino es el atún (USD 537 millones), le sigue el banano (USD 489 millones), flores (USD 401 millones), entre otros.

Aunque que el Ecuador requiere reactivar su economía y generar más puestos de trabajo, un tratado de comercio puede ayudar mucho. Hay que tomar en cuenta que, a diferencia de México u otros países de la región, con EE.UU. somos complementarios. Nosotros producimos ítems que ellos no tienen. De igual modo, ellos nos venden maquinaria, equipos, tecnología y productos necesarios para nuestra economía.

Uno de los aspectos claves para concretar un acuerdo de comercio es el factor político. Esas condiciones están dadas. Donald Trump ha ratificado su deseo de hacerlo. En la visita de Moreno a Washington se hicieron también acercamientos con altas autoridades del Congreso y del Senado norteamericano. En Ecuador ha habido gran receptibilidad de parte de las principales bancadas de la Asamblea: Alianza País (AP), Partido Social Cristiano (PSC) y CREO.

Lo importante es darle celeridad al proceso. En esta línea hay que tomar en cuenta que no estaríamos iniciando desde cero. Actualmente tenemos con EE.UU. un Sistema General de Preferencias Arancelarias (SGP), también los tratados de comercio firmados desde hace varios años atrás con Colombia, Perú y Chile. El nuestro no debería variar sustancialmente. Incluso tomando en cuenta que lo haríamos bajo el esquema o modelo recientemente firmado entre EE.UU. con México y Canadá.

La conformación de un equipo negociador de primera línea de parte del Ecuador va a ayudar significativamente. De igual modo, el papel que pueda jugar nuestra embajadora Ivonne Baki en Washington. Ya lo demostró en estos días con la organización y coordinación de la reciente visita presidencial a los Estados Unidos.

De igual modo, es importante que de parte del sector empresarial exista apoyo e involucramiento. No se trata de defender los intereses de ciertos sectores específicos. Es importante que este proceso sirva para pensar en los intereses del país como tal y, en esa perspectiva, vayamos definiendo lo que queremos lograr en el corto, mediano y largo plazo. No podemos vivir de espaldas al progreso y los desafíos que nos plantea la globalización. Por esta razón, este acuerdo debe mirarse no como una amenaza sino como una oportunidad.

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