La banca china ha tenido un rol importante en el Ecuador los últimos años como fuente de recursos. Hace unos días se presentó el estudio Banco de Desarrollo de China, Financiamiento, gobernanza y desafíos socioambientales para América Latina y el Caribe, elaborado por Latinoamérica Sustentable (LAS). Paulina Garzón, una de las investigadoras a cargo del informe, explica los principales impactos que ha tenido este financista en la región y Ecuador.
¿Qué peso tiene el CDB (Banco de Desarrollo de China, por sus siglas en inglés) a escala global?
El CDB es el banco de desarrollo más grande del mundo y es un pilar fundamental para la política y cooperación bilateral e internacional del Gobierno chino.
¿Cuál es su papel?
Cumple un rol importante para apoyar las metas de desarrollo de China. Por ejemplo, orienta su financiamiento a sectores donde China tiene ciertas necesidades; es decir, si requiere de petróleo o minerales puede haber mucha presencia del banco en estos sectores, apoyando a empresas chinas. El país asiático también ha tenido una sobrecapacidad en algunas industrias y vio una necesidad de exportar esos servicios y, por eso, el banco está presente en esas áreas, apoyando a empresas chinas.
¿Qué peso tiene el CDB en la región?
En América Latina, ha entregado en préstamos soberanos (de gobierno a gobierno) más del 85% de todo el financiamiento chino que ha llegado a la región desde el 2005. El banco también da préstamos corporativos a empresas chinas para que puedan participar en licitaciones, comprar acciones, etc.
¿Cuánto prestó al país?
Ha viabilizado más de USD 9 000 millones que está por encima de los USD 15 000 millones de préstamos acumulados chinos. Y en el caso de Ecuador el banco ha usado las famosas líneas de crédito, que se dan incluso antes de conocer los proyectos a financiar. Esto se entregó sobre todo al gobierno de Rafael Correa y dio mucho espacio para usar ese dinero de forma discrecional.
Los aspectos ambientales y sociales fueron un parámetro clave en la investigación. ¿El CDB los tiene en cuenta?
Algunos bancos de desarrollo exigen a los prestatarios el cumplimiento de ciertos requisitos como estudios de impacto ambiental actualizados, visitas para tener su propia evaluación de riesgos de los proyectos. En el caso del CDB, no existe ninguno de estos requisitos en los siete contratos que pudimos revisar, ya que no son públicos: tres en Argentina, uno en Costa Rica y tres en Ecuador.
¿Cuáles fueron los hallazgos en Ecuador?
Uno de los proyectos que estudiamos fue la Central Eólica Villonaco, que costó USD 46 millones y es quizás el único de energía renovable financiado por un banco chino en el Ecuador. Pese a eso, inició su construcción en 2011 con un estudio de impacto ambiental desactualizado (de 2003), la obra se terminó el 2013 y recién en 2014 se publicó el estudio definitivo.
¿Eso qué impacto tuvo?
En el 2003, cuándo se hizo el estudio de impacto ambiental, no se sabía cuántas turbinas se iban a instalar y ni dónde. Para el 2011, hubo ya nuevos asentamientos poblacionales que fueron afectados de cierta manera por el ruido de las turbinas. Con ello, muchas de las acciones que tenían que haberse dado para disminuir y evitar riesgos se tomaron mientras se construía el proyecto, sin una evaluación técnica.
¿Qué impacto tiene en las políticas de un país?
Los asuntos ambientales y sociales son de corresponsabilidad del gobierno, de las constructoras y de las entidades financistas. En este momento de crisis climática no podemos dejar esta responsabilidad solo a los gobiernos. Además, en la negociación de los préstamos del CDB la sociedad civil está marginalizada, desconoce qué se negocia, qué proyectos se financian y bajo qué términos económicos o ambientales. Toda la materia de negociación es una caja negra.
¿Qué problemas hallaron con los créditos que atan ventas de crudo?
Es un incentivo perverso desde la banca china el requerir el pacto con petróleo porque el país tiene que seguir con el extractivismo y produciendo a cualquier costo para cumplir con esos compromisos.
El banco ha reducido sus desembolsos los últimos años. ¿Esto se mantendrá?
Es muy difícil pronosticar. En el 2020 no se vio ningún préstamo de desarrollo de China a América Latina, pero no se vieron tampoco de otros bancos. Es decir, este no es un indicativo suficiente de que el CDB va a perder interés en América Latina. Es muy probable que veamos más asociaciones público-privadas o licitaciones donde participen empresas chinas con capitales del CDB.
¿Qué recomendaciones deja este estudio?
Ecuador y la región, más allá de quién trae el dinero, debe pensar en qué condiciones busca que se traigan. Hay dos aspectos más a considerar: a dónde queremos que lleguen esos recursos: a las mismas áreas o a actividades más amigables con el ambiente como el turismo; y, por otro lado, cuáles son las prácticas ambientales que vamos a exigir.
Hoja de vida
Paulina Garzón tiene una Maestría en Políticas Públicas de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Actualmente es la Directora de Latinoamérica Sustentable. La investigadora ecuatoriana tiene 25 años de experiencia trabajando en temas relacionados con medio ambiente, DD.HH., y finanzas.