En una entrevista publicada el pasado domingo en este Diario, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, prefirió no adelantarse a proponer una hora de entrega de resultados del proceso eleccionario, que se realizará el próximo 24 de marzo, en el que se elegirán alcaldes, concejales, miembros de Juntas parroquiales y prefectos; así como vocales del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Y como si fuera poco, una consulta popular para decidir sobre minería en Quimsacocha, Azuay.
La seguridad de los resultados tiene que ver con dos procesos: uno el conteo manual y otro el conteo rápido. El Pleno del CNE aún no ha decidido la aprobación de un mecanismo que habilite el conteo rápido. Al interpretar las palabras de Atamaint, se colige que si no es bien realizado el conteo rápido llevaría a entregar resultados que no se apeguen a la realidad, ya que la cantidad de candidatos, 80 281, supera cualquier experiencia electoral anterior en el país.
De todas formas, Atamaint aseguró que los resultados se sabrán en horas y no días. Cabe decir que la aspiración de la presidenta del CNE es bastante optimista, si a pesar de haber planificado un cronograma, la apertura de la campaña política se inició ayer sin la información oficial de la cantidad exacta de candidatos, ya que aún hay procesos de impugnaciones abiertos. Además, sin un contrato para el monitoreo.
La base para que el cálculo de Atamaint se haga realidad, es decir, transformar 80 281 candidatos en 5 675 dignidades públicas en horas y no en días, es que los miembros de la Juntas Receptoras del Voto (JRV) estén bien adiestrados en el manejo y conteo del material electoral (hasta el 31 de enero se había capacitado al 57% de estas personas). En las elecciones seccionales del 2014, los materiales de sufragio para las JRV pesaban 33 libras, pero para estas elecciones pesan 50 libras, con esto se puede entender que la noche del 24 de marzo será complicada para los contadores de votos. Esperemos que no sea una larga noche.