Comprar una vivienda luego otra y otra, no es Economía Colaborativa. Segundas y terceras propiedades a ser rentadas como hospedaje son un gran negocio y ningún gobierno puede renunciar al control de una actividad económica. La compra de vivienda no para vivir sino para lucrar como hospedaje, ahora que deberá sacar permisos municipales de funcionamiento cada año, será repensada y evitará burbujas inmobiliarias en las zonas turísticas a la vez que mantendrá los precios accesibles a las viviendas para vivir.
Lujosos edificios con permisos de construcción como multifamiliares, que tienen sus departamentos en renta por días, deberán pagar el impuesto del 1 x 1000 y pedir permiso a los vecinos que sí viven en el edificio, cuya privacidad se evaporó. El vecino desaparece. Compraron un departamento para criar a sus hijos en un multifamiliar y terminan creciendo en un hotel inseguro lleno de desconocidos; y ya que es un negocio muy lucrativo, que estos departamentos paguen los servicios básicos y combustibles a precios comerciales.
De los centros históricos y turísticos se hecha a la periferia a los inquilinos que pagan mensualmente y los reemplazan por huéspedes de corta estancia, que en una semana pagan sin facturar, lo que el inquilino en un mes. Muchos arrendatarios trabajan en bares y restaurantes dando vida a estas calles que van quedando sin residentes, que son exiliados a los suburbios aumentando su jornada con 2 o más horas de transporte considerado laboral en caso de un accidente, incrementando el riesgo y disminuyendo sus sueldos y tiempo libre.
Con una inversión de 60.000 dólares, ya no va a ser tan fácil competir con inversiones hoteleras que pagan en Ecuador un promedio de 14 impuestos, tramitan una veintena de requisitos y supervisiones recurrentes, porque sin ellas, hasta los estudiantes subarriendan sus cuartos sin saber nada de satisfacción al cliente y menos lo que es superar una inspección del Ministerio de Turismo. Miles de departamentos en nuestras ciudades playeras que son rentados todo el año, ahora pagarán algunos impuestos y aportarán algo al desarrollo de los municipios al obtener el permiso de uso de suelo.
La Ministra de Turismo Rosi de Holguín, ha dado un primer paso a la regulación del hospedaje informal e ilegal, para dar higiene y seguridad elemental a turistas que atraídos por tarifas bajas, devalúan la experiencia al llegar a hospedajes en su mayoría sin ningún tipo de atención básica, con riesgo de dormir en cuartos sucios, almohadas apestosas, baños no higienizados y más limitantes que dañan al destino.
Es claro que también hay experiencias muy hermosas gracias a anfitriones maravillosos, pero no es la norma en Ecuador ni Sudamérica. Los voceros pagados por las plataformas digitales ya hacen ‘lobbying’ para tumbar la flamante reglamentación a lo que es hoy una distorsión social, tributaria, de vivienda, laboral, movilidad, privacidad y derechos de la niñez.