Los diseñadores indígenas crean su propia moda

Jenny Ainaguano es diseñadora de moda en Ambato. Las ideas las plasma en bocetos y luego se confeccionan.Foto: Glenda Giacometti / CHIC!

Jenny Ainaguano es diseñadora de moda en Ambato. Las ideas las plasma en bocetos y luego se confeccionan.Foto: Glenda Giacometti / CHIC!

Jenny Ainaguano es diseñadora de moda en Ambato. Las ideas las plasma en bocetos y luego se confeccionan.Foto: Glenda Giacometti / CHIC!

La blusa que viste Francisca Masaquiza se ciñe al cuerpo y está elaborada con tela y encajes. El cuello en V tiene una serie de bordados con hilos morados, verdes y negros, hechos a mano. El anaco ya no mide dos metros y medio de largo como antiguamente lo vestían sus abuelas, ahora se acortó a un metro y medio.

El ancho deja al descubierto parte de la pantorrilla. Las sandalias son de taco bajo y están elaboradas con tela de faja delgada que contienen gráficas como el venado, la Chacana o Cruz Andina, el Danzante y otras figuras que son tejidas en los telares. Eso le hace lucir más juvenil. “Me gustan los cambios, porque la ropa es liviana y moderna, no perdió los rasgos andinos”, dice la joven de 20 años.

Las prendas que viste Masaquiza son de los diseños de Vanesa Maiza, diseñadora de la comunidad indígena Chibuleo. La joven estudia diseño de modas en la Universidad Técnica de Ambato (UTA). El propósito es crear algo más moderno para las mujeres y hombres indígenas.

Cuenta que el ‘boom’ del cambio empezó hace más de 10 años cuando la mujer indígena comenzó a participar en los certámenes de belleza como Reina de Ambato. Los mestizos eran quienes diseñaban y confeccionaban la ropa. Ahora creamos los diseños elegantes.

Los cambios en el anaco que vienen ya incorporados los pliegues ayudan a las jóvenes a ahorrar tiempo. “Los anacos antiguos al envolverse debían ir haciendo los pliegues y luego se ajustaba con la faja, pero eso cambió sin perder la identidad. Hay que estilizar las prendas hasta cierto punto, que no pierda su esencia”, cuenta Maiza.

La idea de los cambios en el anaco no es que se vea mucho la piel, sino que sea recatada, es decir, no mostrar en exceso. Algo similar ocurre con las blusas. Hace tres años Maiza ha diseñado dos trajes estilizados para mujer. Ahora prepara una colección 2018, en blusas u hombreras juveniles que se los usará en forma casual y no estarán pegados al cuerpo.
Dice que volverá a lo antiguo, es decir, blusas cerradas con bordados y encajes.

Trabajamos en traer lo antiguo a lo actual con los mismos colores y bordados. Toda esta moda se muestra y comercializa en Boutique Jenny, de propiedad de Jenny Ainaguano.
La joven explica que aun las nuevas creaciones se hacen a mano a través de dibujos y bocetos. Este cambio surgió luego de varias investigaciones con los taitas y mamas de la comunidad y el estudio antropológico de cada una de las prendas. “La cultura Chibuleo no tiene libros o documentos guía, nos valimos de lo oral preguntando a nuestros papás, abuelos y a los ancianos”.

Ainaguano explica que con los nuevos diseños las jóvenes regresaron a usar la vestimenta indígena. “Ellas se sienten más juveniles, actuales e identificadas con sus comunidades”.

En la comunidad Salasaka, en el diseño del calzado y de la vestimenta para los matrimonios (de los padrinos o el novio) y otras fiestas trabajan Cayetano Pilla y Tomás Jerez, respectivamente.

Cayetano aprendió de su padre la profesión de zapatero. Él inició con los cambios en los modelos de las sandalias. Actualmente este hombre de 38 años tiene creados 12 diseños en varios modelos y colores en taco, flats, sandalias, plataformas... todos tienen contenidos andinos. Utiliza materiales autóctonos como la lana de borrego y de alpaca para el tejido de la chumbi o baja en tiras delgadas. Los diseños estilizados contienen la mezcla de colores como el rojo, amarillo, azul, negro, rosado y blanco.

Además, gráficos que representan la vida andina y la naturaleza como la espiga de la cebada, la flor de la papa, las montañas, el venado, la llama y otras representaciones.“Para crear busco algo moderno para las mujeres de la comunidad, me caracterizo por armar modelos nuevos que luego que salen al mercado son copiados”.

En la comuna Cochapamba está la casa de Tomás Jerez, de 48 años. Pese a su discapacidad en las piernas, sus manos para diseñar nuevos bordados son hábiles. Labora hace 14 años confeccionando la vestimenta para las fiestas del pueblo.
El oficio aprendió solo viendo a los artesanos. Desde entonces dejó de copiar y decidió hacer sus propios diseños. “Los animales, la naturaleza, las montañas predominan en los bordados que realizo, eso es la identidad del pueblo”.

Las sandalias

Un par de sandalias con colores y diseños modernos cuestan en Salaska USD 50.

El costo

Un traje con collares y atuendos autóctonos puede costar desde USD 200 hasta 1 200.

Los clientes

Gente de Chibuleo, Salasaka, Tomabela y Quisapincha buscan estos trajes.

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