Uno supone que los garajes del Municipio o del Palacio de Carondelet ya no tienen espacio ante a la “explosión” de su parque automotor. Solo hay que mirar la cantidad de vehículos que acompañan al señor Presidente en esta parafernalia tan conocida en el Centro Histórico de Quito.
Ahora los carros que no tienen protección, ocupan las calles aledañas a la Plaza Grande. Especialmente la calle García Moreno (entre Galápagos y Oriente, sobre todo).
Si no miren todos los días los carros en la calle Benalcázar delante de la Vicepresidencia de la República. Se dan el lujo de subir los carros a las aceras. A la estrechez de esa vía, estos vehículos del Estado y del Municipio, ocupan estos sitios, sin que ninguno de los policías ponga coto o sanciones.
Debe ser parte de la patente de corso que disponen. ¿No será hora más bien de convertir esas calles tan estrechas en otra zona azul? ¿O es que la ciudad va a convertirse en tierra de nadie?