Cuando el Ecuador dé un paso hacia el desarrollo, saldrá la ley Anticontaminación de Ruido.
Entonces se eliminarán las inconcebibles alarmas de los carros, que no se sabe cuántos robos habrán evitado. Se podrá caminar por las calles de cualquier pueblo o ciudad, sin tener que escuchar música a todo volumen que ni siquiera nos gusta. Se podrá amanecer sin oír los pitos de la camioneta que vende gas.
Se podrá dormir desde la medianoche sin tener que soportar la farra de la discoteca, el barrio, “el programa”, o el nuevo centro comercial que decidió transformarse en sede de conciertos. Se podrá buscar un local con paredes antirruido, y la música que nos guste, cuando decidamos salir de rumba.
Se podrá transitar por las calles de la ciudad sin oír pitos por todo lado. Se podrá disfrutar del silencio y de la magia de la noche… otra vez.