El eximio historiador enrique Krause en su libro ‘El poder y el delirio”, refiriéndose a la génesis de la corrupción estatal consigna lo siguiente:
“En la vieja España no se veía mal la venta de puestos públicos en beneficio de la Corona. Tras la independencia, los caudillos repartían tierras y se quedaban con haciendas.
En su esencia patrimonialista, la nueva corrupción no es, pues, muy distinta a la antigua: disposición “legitima” de bienes públicos como propiedad privada. Es pues la corrupción también un fenómeno moderno, presente en todas las sociedades, aunque más frecuente en las estatistas, proclives a la opacidad de los asuntos públicos: nada ayuda al surgimiento y consolidación de una nueva clase “capitalista” que las oportunidades de una economía en proceso de estatización”.
Análisis realmente importante por su proyección en Latinoamérica.