Andar en bicicleta es sano y entretenido, pero además una manera rápida, silenciosa y no contaminante de desplazarse por la ciudad.
En nuestro país los ciclistas estamos sujetos al cumplimiento de la Ley Orgánica de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial y su respectivo reglamento; en conjunto suman 584 artículos en alrededor de 165 páginas.
Pero no todos los ciclistas cumplen estas normas. Algunos andan de a dos, arriesgando su estabilidad. No faltan los que cruzan por los pasos de peatones ni los que zigzaguean entre los autos. Y los que usan el Ciclopaseo para hacer malabares y carreras en sus bicicletas. Todos estos ciclistas también causan accidentes y algunos fatales. Este fin de semana mi hijo fue víctima de un ciclista o grupo de ciclistas, velocistas, que comen mientras hacen gala de su equilibrio en la ruta del Ciclopaseo en Quito, a la altura del Panecillo. Mi hijo, gracias a Dios, está bien, pero se han dado cuenta que los conductores de bicicletas no requieren licencia de conducir, es más difícil citarlos al tribunal y huyen con facilidad sin importar su edad.
Junto con conocer la ley, es importante que los usuarios tengan una conducta responsable, sobre todo porque comparten un espacio con los automovilistas y otros ciclistas. También los ciclistas cometen infracciones de tránsito a cada rato, pues falta más cultura en la vía pública. Todos tenemos que poner de nuestra parte para evitar accidentes.