Entiendo por derecha una tendencia política que prioriza los intereses particulares. El progresismo, en cambio, la igualdad de derechos y oportunidades. Son definiciones que suelen ser desvirtuadas por la realidad, pero deben orientar el análisis. No es la derecha la que cuestiona la manera de actuar de Correa en los últimos ocho meses.
Esa manera de actuar ha incentivado la auto crítica en Alianza País. No es raro que haya declaraciones, como la de Raúl Patiño, reconociendo que algunos asambleístas actuaban de manera ovejuna. La acotación de este término es para mí un signo del liderazgo de Lenín. En efecto, si había denuncias de corrupción, el Movimiento debía investigarlas hasta las últimas consecuencias.
No se debe justificar una mala actuación por tratarse del caudillo o por no dar argumentos políticos a los opositores. Ese líder tiene méritos, pues su gobierno mejoró al país en muchos aspectos. Pero ¡oh, sorpresa!, más pronto de lo que uno podía imaginar, Correa utilizó el Twitter para descalificar al compañero que ahora es Presidente. Con ese liderazgo, ¿qué se puede esperar de los militantes? Así se explica el vandalismo ocurrido en una de las sedes de Alianza País en Quito.
Por estas razones es que Lenín merece apoyo. Las actitudes de sus excompañeros deben reafirmar a las mayorías progresistas del Ecuador para decir ‘sí’ en la consulta. Resulta indispensable decir ‘sí’ en las 3 primeras, para intentar que no vuelva a haber funcionarios corruptos, para que el caudillismo no destruya la militancia vigilante, así como los nuevos liderazgos, y para que el sectarismo no nos lleve a justificar los concursos poco transparentes.
Hay que decir ‘sí’ en las preguntas que expresan ideales progresistas: por el medioambiente y por los niños. Las actitudes de los excompañeros del Presidente me hacen votar ‘sí’ hasta en la pregunta sobre la plusvalía, que es la única que podría contrariar principios, pero es mejor ser económicamente pragmáticos, como lo fue Correa, por ejemplo, al firmar el tratado con la UE, que ser dogmáticos y fanáticos.