Vivencias a propósito de las elecciones

Al escuchar noticias y reportajes sobre los últimos acontecimientos electorales vividos en nuestro bien amado país, desconcertados por el incierto futuro que se perfila, los gratos recuerdos de una etapa sembrada de humanismo vienen a la memoria, precisamente, cuando después de largos años de dictaduras se cantaba la victoria de un maestro ejemplar, un extraordinario caballero, un estadista inigualable, quien con una visión asombrosa como Presidente del Ecuador, comenzó a perfilar sus sueños para configurar una patria más humana, más digna. Ofrendó a la nación todas sus capacidades, escribió las páginas más brillantes de la historia ecuatoriana, sin condiciones se puso al servicio de los sectores más humildes y desposeídos. El nombre del Doctor Jaime Roldós Aguilera, quedó grabado en la memoria colectiva; pero, la fatalidad se cruzó en el cielo patrio porque en un desdichado accidente de avión, perdió la vida junto a su dignísima esposa, señora Martha Bucaram de Roldós.

Por aquel tiempo, para ingresar a las filas del Magisterio Nacional, se respetaban los concursos de merecimientos y oposición. Cuán gratos recuerdos se agolpan en el corazón, cuando a la espera de la entrevista personal escuché por primera vez, la voz de una dama: Señora Helena Cortés, meritísima rectora del Colegio Experimental “Simón Bolívar”, quien al observar al grupo de aspirantes que optaban por diversas cátedras, apreció que tenían cierto aire de superioridad, se presentaban como “licenciados” y otros como “doctores” . Nuestra inolvidable rectora, con voz firme pronunció: “para mí no hay mejor título que el de señor, señora o señorita cuando se lo sabe llevar. Lo primero que se debe aprender es a ser personas, seres humanos que sepan conjugar en todos los tiempos, la vocación de servicio y la mística profesional en beneficio de los estudiantes, sobre todo, de aquellos que más necesitan”.

Estas son cualidades que deben tener quienes se ponen al servicio del pueblo. 

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