Verdaderamente que se ha vuelto un trámite inaguantable la matriculación vehicular, proceso por el que año a año debemos pasar quienes hemos cometido el delito de tener carro. Este 2013, luego de haber ido al banco a cancelar el valor de matrícula, revisión y SOAT, se arranca con unas filas interminables para la revisión. Aunque el pobre infeliz madrugue, le tocará aguantarse horas sentado en su vehículo; luego se iniciará el deambular por un sinnúmero de ventanillas retirando y entregando documentos. En algunos casos, luego de la consabida cola, le mandan a hacer otra para pagar en una ventanilla unas multas inventadas y volver (en muchos casos implica nueva cola) a terminar el engorroso trámite.
¿Soluciones? 1) Implementar al menos 4 centros más de revisión. 2) Si en realidad el Municipio quisiera corregir toda esta ineficiencia debería eliminar tanto trámite; por ejemplo, quienes no necesiten renovar la especie de matrícula únicamente deberían acercarse a un banco, pagar el valor correspondiente.
Todo sin mencionar el castigo al que se ve sometido quien compró carro este año y debe ir al sur de la ciudad, a 40 ó 50 kilómetros de distancia a iniciar su propio vía crucis.