El hombre puede perder en orden de importancia: el dinero; los principios y la salud cuando se pierde la salud se pierde todo, es por eso que es la principal preocupación de la humanidad desde cuando el homo sapiens lamía sus heridas.
Quienes cuidaron la salud formaron un binomio indisoluble médico paciente en sus diferentes formas y en sus diferentes etapas. Más en nuestro país en este tiempo la salud estuvo en manos de abogados, economistas, sociólogos y hasta arquitectos. La situación actual que no es la mejor.
El Estado tiene como prioridad salud y educación y los ciudadanos que estamos en etapa productiva lo sostenemos mediante el pago de nuestros impuestos por lo tanto tenemos todo el derecho de ser atendidos en los hospitales públicos, como trabajadores tenemos afiliación al IESS con todo el derecho a su red de salud porque somos sus dueños y ante la congestión de las dos redes anteriores y el valioso tiempo de los procesos productivos surgieron sistemas pre-pagados de salud privada que sin duda alguna ha sido ya analizada como más eficiente; más aún hoy que los hospitales están desabastecidos de médicos de prestigio que renunciaron por el horario de 8 horas, por el COIP y hoy por las jubilaciones puesto que nos han forzado la jubilación para que el IESS nos pague la pensión y el estado retire la partida. La bonificación que nos corresponde por ley ni siquiera se otorga en bonos del Estado sino en un documento, pagadero cuando haya disponibilidad económica.
Dicho documento tiene dos cláusulas:
No es negociable y tampoco tiene valor jurídico en caso de un reclamo “de Ripley” ¿Quién nos pagará?
Se desperdició la gran oportunidad de tener un sistema único de salud donde todos tengamos las mismas oportunidades y riesgos. Como mencioné en carta anterior todos somos cadáveres en potencia.