Resulta desalentador que una conquista esperada por cientos de miles de personas que padecen algún tipo de discapacidad se vea truncada por el desconocimiento oficial a la realidad de este grupo de la población vulnerable, la obligación de volver a registrarse en el Conadis, ya existiendo una base de datos de las personas con discapacidad, que tomó 10 años elaborarla, es una verdadera crueldad para este sector, hasta el más ignorante sabe que la movilización no les resulta fácil, por el contrario les resulta en extremo difícil hacer el trámite para obtener otra vez el carné de discapacitado, ¿se imaginan a un no vidente registrándose por segunda ocasión señores del Gobierno? Parece que no, pues la discapacidad ahora deberán probarla ante un burócrata, para lo cual contaremos con un año calendario a partir de que entre en vigencia la Ley.
Ese aspecto negativo contenido en el veto presidencial a una Ley que llevo un año, encausar todos los criterios hasta lograr el consenso, en la comisión que preside la asambleísta María Cristina Kronfle, lo convierte en un muy mal veto.