Al ser testigo de la actitud de los concejales del partido de gobierno ante las opiniones del Sr. Presidente respecto al nombre del nuevo aeropuerto, sentí aún más vergüenza e indignación. No fueron capaces de defender a su ciudad ante un ataque a quiteños ilustres motivado seguramente por la influencia de una típica educación regionalista que pretende minimizar o eliminar cualquier valor de quiteñidad en este país. Su reacción muy probablemente se debió a su pánico a ‘enojar’ al jefe y perder posibilidades de auspicio del gobierno en próximas elecciones.
¿Se merece mi ciudad esta clase de funcionarios? Creo que no y que es hora de empezar a reclamar fuertemente que mi ciudad reciba del Gobierno y sus autoridades seccionales el buen trato que se gana con el esfuerzo diario de los quiteños.