Como algo conozco de ecología, me preocupó el nuevo impuesto verde que no es verde sino colorado, porque los precios van a subir y la inflación se va a acentuar.
Si se quería ayudar a la ecología existen sectores donde desde hace mucho tiempo se trata de ignorar una realidad que preocupa. Se trata de los desechos de las ciudades y sus aguas servidas. Todas las alcantarillas van a parar a los ríos y por esa ruta al mar. En mi juventud conocí el río San Pedro y el San Rafael y tenían aguas cristalinas y hasta peces, actualmente son un basurero mal oliente. Una empresa americana, a costo no reembolsable, propuso la descontaminación del río Machángara, cuando yo era Concejal de Quito y las autoridades municipales se opusieron manifestando que no se realizaría, mientras la empresa no pagara regalías, porque las aguas de ese río guardan un tesoro. Seguramente, el tesoro son todos los desechos de la ciudad de Quito. Hay una sola ciudad en este país que se ha preocupado del tema y esa es Cuenca, donde sí existen lagunas de oxidación. Ojalá la Ministra del Ambiente lea y se preocupe por esta clase de problemas.