A inicios de año, en el periódico El Valle que circula junto con EL COMERCIO de manera quincenal, se informa que el señor alcalde del cantón Rumiñahui, ingeniero Héctor Jácome tiene previsto que para el próximo mes de abril se defina el proyecto del tren aéreo o monorriel que lo ejecutarían conjuntamente con la Prefectura de Pichincha; sistema de transporte masivo que daría servicio a unas 100 000 personas al día desde el sector de La Balbina, situado en el corazón del Valle, hasta El Trébol; cuyo costo ascendería a USD 270 millones.
Este proyecto debe empezar a concretarse a corto plazo, porque es la única solución al grave problema de congestionamiento que sufrimos quienes habitamos en esta populosa zona, para que se complemente con el del tren subterráneo que ya está en etapa de ejecución en la ciudad de Quito. Habemos muchas personas que por motivos de trabajo gastamos varias horas al día en transportarnos; eso representa pérdidas económicas para un país que debe imprimir un ritmo más rápido a sus labores. No fue ninguna solución la implementación del pico y placa porque las personas, a falta de un buen sistema de transporte masivo, busca la forma de utilizar su propio vehículo provocando embotellamientos en varios puntos como El Triángulo, el peaje de la autopista Gral. Rumiñahui, la entrada al Trébol, etc., y no se diga ya en las calles mismas de la ciudad capital.
Apoyemos para que se haga realidad este proyecto que se pagaría por sí mismo; pues, no representa un gasto, sino una buena inversión.