Las estrategias hasta el momento ejecutadas por la candidatura de Lasso evidencian dos preocupaciones de su equipo asesor; primero una carrera por lograr que la mayor parte de ciudadanos del Ecuador lo conozcan y se formen una opinión de él, para lo cual era preciso recorrer el país con un mensaje mesiánico, gastar cuantiosas cantidades de dinero en promoción anticipada, aunque eso signifique que el CNE le prohíba seguir gastando, y se lo compare con el siempre candidato Álvaro Noboa.
La segunda tarea, y la más difícil de todas, es pretender arrancar del sistema de creencias de los electores la percepción negativa hacia los banqueros, operadores de un sistema financiero perverso, que a nivel mundial se ha desnudado luego de la quiebra de decenas de bancos; de manera que Lasso pretende identificarse con lo común, lo diverso e intercultural, al constituir una unión política con un Tituaña que hace poco perdió su reelección a Alcalde y que no cuenta con el respaldo de la mayoría de líderes indígenas del país, quizá Lasso aprenderá a saludar con la mano izquierda.