La unión hace la fuerza

Empecemos con una historia de espías y políticos. En la batalla por Ucrania los rusos querían desmantelar la coordinación de sus antagonistas, el eje EE.UU.-UE. Se espió a la portavoz del Departamento de Estado de los EE.UU., Victoria Nuland, en una conversación con su embajador en Kiev donde ella decía "Fuck the EU" (UE en inglés). Se difundió esa conversación al público y los diplomáticos europeos no pudieron ceder ante la tentación de enfuruñarse -aunque se veía con claridad que ello era justamente lo buscado con esa difusión-; se consiguió el descalabro ansiado.

Sin un bando sólido que les haga frente, la anexión de Crimea fue un juego de niños para los rusos. La actualidad en Ucrania parece ser una continua fábula sobre las consecuencias de la desunión en la política internacional.

Actualmente se debaten las posibles sanciones de la UE y de los EE.UU. a Rusia por el apoyo a las milicias pro-rusas en el este de Ucrania. Pero inmediatamente varias grandes corporaciones europeas han ejercido su poder de lobbying para adulzar o evitar los castigos. La química alemana BASF, la italiana Eni (que importa 30% de su gas del titán ruso Gazprom), British Petroleum (que tiene 20% de la petrolera rusa Rosneft), o el sector financiero chipriota son algunos de los que cabildean en contra de las sanciones.

Un fenómeno idéntico ocurre al mismo tiempo en EE.UU., donde las corporaciones hacen esfuerzos análogos. Para colmo, los europeos no tienen interés en ser más severos que los americanos y viceversa. Todos tienen miedo de perder partes de mercado, exportaciones, e inversamente hay el interés de ser la parte más laxa posible. Es un claro dilema del prisionero, donde cada uno tiene interés en actuar de manera individual y egoísta, protegiendo el propio pellejo, aunque claramente los mejores resultados se conseguirían de manera conjunta.

Estas empresas argumentan que las sanciones serían gravemente contraproducentes para quienes las impongan; cierto. Pero el estado de la economía rusa es frágil por decir lo menos, es innegable que estos no podrían mantener el pulso en caso de tener enfrente a una verdadera unión.

Tal y como se están dando las negociaciones, la UE difícilmente aprobará sanciones de una envergadura significativamente mayor a las anteriores. En marzo congeló los bienes y prohibió la entrada a Europa a 21 políticos rusos y crimeos; tibia acción cuyos efectos fueron nulos, léase inexistentes. Entonces tampoco se podrá esperar algo muy diferente de parte de los estadounidenses. El resultado: después de un primer round tremendamente bueno para los rusos, anexándose Crimea, el bando opuesto todavía no aprende de sus errores. Talvez Putin todavía pueda mover sus fichas hacia otras partes de Ucrania.

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