La mesa no estaba servida, ahora hay que pensar en la forma más eficiente de tratar de mantener la dolarización y como traer más ingresos a nuestro país. Se habla o se dice de inversionistas, de emprendedores, de turistas, etc. Las recetas mágicas no existen, las decisiones o medidas van a ser siempre fluctuantes. Ante todo debemos tratar de disminuir los pasivos.
Si trabajamos, producimos y pagamos impuestos, todo ese esfuerzo debe ser canalizado para nuestra gente. La políticos hacen que ciertos mensajes se oigan bonito, pero llevarlo a la práctica es costoso, sacrificando a los que verdaderamente deberían beneficiarse de los mismos.
Debemos poner en curso una verdadera campaña de valores y principios, para dejar de lado los vicios, perversiones, inmoralidades o con el nombre que más lo conozcan. Uno de los egresos más fuertes que tiene el Estado en la actualidad es la salud, pero la pregunta es que van o vamos a hacer para optimizar todo lo que encierra la misma. Alguien en un artículo mencionaba que se reincorporen los casinos, para generar plazas de trabajo; no estoy de acuerdo. Hay que evitar que el vivo viva del tonto y el tonto de su trabajo, o mejor evitar que el pan de uno, no se convierta en el hambre de otro. Los vicios conllevan a una serie de eventos, tales como: accidentes de tránsito, femicidios, suicidios, quiebras, infidelidades, falta de atención de sus hogares, etc. Todo esto podría convertirse en ahorro para las familias y el Estado, que a la larga paga los errores de otros.
En la actualidad, el pueblo va a pagar el derroche del anterior gobierno.
Los mejores inversionistas serán los ciudadanos, una vez que se vean transparencia de la gestión pública. Ecuador es un paraíso, único, maravilloso, pero desgraciadamente los que viven del turismo, que deberían ser los primeros en cimentar, sustentar y fomentar.
No se han preocupado de lo más elemental: salubridad y seguridad.