En toda mi vida no he visto una transmisión tan vagabunda, de tan pésima calidad y de remate, repleta de propaganda gobiernista, como en el último partido jugado este último sábado, por nuestra selección contra Argentina en Buenos Aires. Más parecía una de las aburridas y cansonas sabatinas dedicadas a la propaganda de las maravillosas obras del gobierno.
Si el locutor se dedicó a narrar las acciones del partido, creo que no pasaron de unos 15 – 20 minutos en total, el resto, o sea unos 70 minutos, se dedicaron a la propaganda oficial y no oficial, capaz, que todas las jugadas importantes o las más interesantes, se referían a ellas después de 1, 2, 3 minutos después de dichas jugadas. Es así como coincidían: la narrativa de la fabulosa obra del gobierno, con cada gol que nos clavaba Argentina, capaz que preferible era poner la TV en mutis, para no tener que soportar esta agobiante propaganda.
Desgraciadamente e inexplicablemente, no hubo una transmisión de uno de los canales internacionales, que siempre en otras oportunidades cubren la transmisión de un evento como este, por lo cual y en conocimiento de nuestra afición, solo se hizo en un canal local, abusando de una manera burda de la paciencia y tolerancia de los aficionados en el país.
La Asociación de Fútbol del Ecuador debería tomar cartas en este asunto, y pedir a una de las cadenas internacionales que transmitan los próximos partidos de Ecuador, para que no nos sometan a semejante martirio como fue el último partido, con la abrumadora y torpe propaganda oficial.