La cantidad de accidentes de tránsito y de personas fallecidas en el último feriado, demuestra que el sistema de control en los transportes de uso público está agotado, no es posible que las unidades pertenecientes a cooperativas sigan siendo manejadas individualmente como si fueran bienes personales, sin aplicar las normas y leyes que se aprobaron cuando se constituyeron solicitando la exención de impuestos.
La Dirección de Tránsito debe ser un ente más de control que emisor de normas, debe supervigilar que las cooperativas se administren como empresas, lleven una sola contabilidad, tengan choferes con horario y afiliación al IESS, existan controles y respaldos de cada vehículo, incluyendo su vida útil, reportando obligatoriamente sus actividades.
La Dirección debe hacer inspecciones periódicas para comprobar que estas normas de seguridad y operación se cumplan. Se debe tomar en cuenta que los servicios públicos están hechos para beneficio de la comunidad y no para aprovechamiento individual.