El Presidente de la República, que no aprendió y peor puso en práctica la lección bíblica de las siete vacas gordas y de las siete vacas flacas, nos dice que para la reconstrucción de las seis provincias mayormente afectadas por los movimientos sísmicos y que se encuentran en emergencia, se requerirá de por lo menos tres años y la inversión de ingentes recursos que se obtendrán a través de los impuestos nuevos, IVA al 14% y de las contribuciones decretadas, que terminará pagándolos el pueblo ecuatoriano, por la regresividad de los mismos.
Ahora, el mismo pueblo aguantador se debe preguntar cuántos años nos tomará al país reconstruir la quiebra en que nos deja la aventura del socialismo del siglo XXI, de la revolución ciudadana, de las “manos limpias” y de los corazones ardientes. ¿El país nos dejan quebrado peor que el más fuerte sismo?