Lo acontecido a nuestros hermanos de la Costa, al soportar un terremoto así, ha confirmado que, una vez más, se comprueba que los ecuatorianos estamos hechos de fuertes raíces y de buenos sentimientos; inmediatamente nos unimos todos, sin importar condición social o política, en búsqueda de un caro ideal: ayudar de cualquier forma a nuestros queridos manabas y esmeraldeños.
El mundo también se ha volcado a ayudarnos. El desastre ha superado las capacidades de nuestro Gobierno, por más buenas intenciones que este tenga. La crisis económica que estamos viviendo es terrible y a ella el Gobierno tiene que poner sus más caros esfuerzos. No se trata de no aceptar que hay crisis; se trata de que le es imposible al Gobierno, por sí mismo, dar solucionar a dos tan graves problemas, al mismo tiempo.
Por ello, me permito sugerir que el Gobierno conforme un organismo de rehabilitación de Manabí y Esmeraldas; absolutamente autónomo, que daría razón únicamente al señor Presidente. Dicho organismo se encargará de planificar, dirigir y controlar todas las ayudas recibidas. Ordenará de manera independiente, autónoma y separada de las instituciones gubernamentales y municipales todas las acciones que deberán, de manera urgente, planificarse y programarse para la total rehabilitación de Manabí y Esmeraldas. Este trabajo de reconstrucción es eminentemente técnico y puede conseguirse, gratuitamente, excelente ayuda de especialistas del exterior. Tal como ya sucedió con los bomberos.
Este organismo debería estar presidido por un ecuatoriano independiente, de plena confianza del Sr. Presidente y con la más absoluta garantía de respeto y autonomía de sus decisiones. Serían miembros integrantes de este extraordinario organismo, los señores alcaldes de Manta, Portoviejo, Chone y Pedernales y, obviamente, los prefectos de las dos provincias.
De esta manera, el Sr. Presidente y ninguno de sus colaboradores del Gobierno Nacional descuidarían o sobrecargarían sus graves funciones de sus respectivos cargos. Sr. Presidente, ha llegado la hora de sacar provecho de los mejores valores de todos los ecuatorianos; le encarezco que acepte estas modestas sugerencias y sea usted el primer hermano ecuatoriano en comprender que el desastre mayor por el que estamos pasando, nos permitirá recuperar la unión y toda la potencia del país.
Las medidas sugeridas por sus colaboradores del Gobierno de aumentar el IVA en dos puntos, dada la crisis por la que estamos atravesando, no dará resultados, pues todo el país está pasando por angustias económicas y lo que haremos es disminuir nuestras compras. Ante el nuevo impuesto, se restringirá más la demanda.
Tal vez sería preferible buscar una fórmula de un bono al consumo de energía eléctrica, agua potable y/o telefonía y que nos permita a todos cooperar con los costos de esta grave rehabilitación de Manabí y Esmeraldas.