Tercera edad

La posibilidad de no disponer de una pensión que les permita vivir con dignidad a las personas jubiladas es uno de los temas de reuniones y conversatorios que han iniciado muchas organizaciones de jubilados en el país, y no les falta razón. Todos/as se preguntan ¿es sostenible el actual sistema de pensiones y salud?
Expertos en la materia manifiestan que el aumento de la esperanza de vida en el país bordea los 75 años, lo que hace progresivo el envejecimiento de la población, la incorporación más tardía de las nuevas generaciones al mundo laboral, el número de descendientes por familia es de dos hijos en la actualidad.
 Los más de 5 000 despidos intempestivos afecta a igual número de familias, los 2.5 millones de migrantes que entregan su fuerza laboral en el exterior la mayoría en capacidad de aportar a la seguridad social, la falta de fuentes de trabajo, entre otras, son las causas que hacen pensar en mejorar la manera de asegurar e invertir los ingresos que por ley les corresponde aportar al Estado, patronos y afiliados al Seguro Social que deben servir exclusivamente para cubrir las obligaciones de Pensiones, Salud, Riesgos del Trabajo y Seguro Campesino.
La carencia de centros gerontológicos y medicinas supera los esfuerzos en equipar hospitales, centros de salud sin especialistas que puedan prevenir y mantener la salud de los usuarios a través de un sistema de salud de primer nivel para aliviar los centros de segundo y tercer niveles que trata y curará enfermedades ya establecidas es otra de las preocupaciones.
Una alternativa para los más pudientes es invertir en un plan de pensiones y seguros de salud privados, sin embargo asegurar una vejez digna para los jubilados, cónyuges o descendientes en caso de quedar en situación de invalidez o dependencia es lo mejor. La Seguridad Social en todos los países  ofrece un conjunto de medidas para revaluar, prever, reparar o superar las necesidad de pensiones y salud de la población jubilada, la pérdida de ingresos que sufre una persona cuando por su edad se ve obligada a poner fin a su vida laboral merece la atención de toda la sociedad. La juventud no es eterna y con un poco de suerte  llegaremos a "los años dorados".

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