El crecimiento de la ciudad a fines del siglo pasado, provocó el desplazamiento de la actividad comercial y financiera hacia el sector de La Mariscal.
El Centro Histórico de Quito entró en un proceso de decrecimiento poblacional sostenido. Hoy ha emigrado cerca del 40% de la población de ese sector. Otro momento significativo ocurre con la salida del aeropuerto Mariscal Sucre a Tababela.
Toda la actividad comercial grande, mediana y pequeña del lugar sufrió un drástico impacto. Actualmente es un territorio “sin vida”, con población que ya está disminuyendo (-2% anual), a pesar de existir un Plan Especial.
Uno tercero, ocurrirá con las dos Plataformas Gubernamentales que con mucho entusiasmo construye el Gobierno a través de un convenio con empresas chinas.
Permitirá la concentración de numerosos funcionarios en los sectores de Iñaquito y Quitumbe (varios ministerios con cerca de 4 000 empleados en cada complejo). A más de la ventaja y desventaja de la concentración de personas en esas zonas, quedarán muchos edificios y oficinas desocupados en lugares estratégicos de la ciudad.
Para los que estuvieron en arriendo como para los que son de propiedad del Estado, constituyen un verdadero problema. En las condiciones económicas actuales, quedarán por mucho tiempo desocupados. Empezarán nuevos guetos dentro de la ciudad proclives a actividades ilícitas.
Es urgente promulgar políticas municipales efectivas y demandar el apoyo gubernamental para establecer incentivos con facilidades financieras y legales, para remodelar y reutilizarlos principalmente como viviendas. No esperemos que los acontecimientos ocurran, ya que difícilmente se podrán revertir.