Las tareas de los niños

Si bien es necesario que los estudiantes refuercen, en casa, los conocimientos adquiridos, resulta un tanto injusto que se lo pasen todo el resto del día cumpliendo tareas, preparando lecciones, investigando datos y realizando más actividades inherentes al aprendizaje, sin contar, desde luego, con el tiempo suficiente para relajarse y descansar luego de una fatigosa jornada escolar.

El sentido común nos dicta que todos necesitamos despejar nuestra mente y cambiar de actividad después de una intensa faena, con mayor razón los niños que, como sabemos, deben desarrollar otro tipo de actividades lúdicas, indispensables para su formación y crecimiento. Por desgracia existen maestros que piensan que mientras más tareas envían a sus pupilos son mejores profesionales.

Nada más erróneo y discutible, pues lo único que consiguen con estas actitudes, es que los escolares se fatiguen en exceso y que los padres de familia se estresen y, lo más grave… que el niño se desmotive e, incluso, se niegue a asistir a su escuela. Es menester recordar a los maestros que ellos también fueron niños y demandaron tiempo para jugar, divertirse, compartir con su familia, intercambiar con sus amigos, etc.

Brindemos la oportunidad de incluir en su vida diaria estas actividades imprescindibles para su desarrollo integral, haciendo que la asistencia a clases le resulte placentera y que los padres se sientan menos presionados. Inteligente opción la de algunos considerados y respetables maestros que se abstienen de enviar tareas, al menos los fines de semana.

Suplementos digitales