Emprendido por el Municipio Metropolitano de Quito, en el sector estratégico de la Mariscal, se desvaneció enseguida. Durante el tiempo que los habitantes, de una u otra forma, dependemos de este barrio de la ciudad, hemos soportado “mucha bulla y pocas nueces”, con un tierrero o lodazal insoportables, con el agravante que no podemos circular ni transitar libremente y menos guardar los vehículos en los parqueos de nuestra propiedad, gracias a las quebradas abiertas indiscriminadamente, por todas partes, con la expectativa que el trabajo avanza…
El soterramiento camina a “paso de tortuga” y no vemos su final, debido según dicen los encargados del mismo, por falta de materiales…, a pesar de estar amontonados en varias calles del sector. La verdad esque los trabajadores y la obra están paralizados irresponsablemente, desde hace varios días, por falta de pago, de parte del Municipio Metropolitano y hasta tanto, nuestras viviendas, oficinas, libros y gargantas están llenos de polvo. ¿Si no tienen los recursos, para qué abrir huecos a doquier y alardear de otra maravilla municipal, como el famoso parque Bicentenario y el nuevo aeropuerto?