Me ha sorprendido el análisis que EL COMERCIO ha publicado el 25 de febrero “Avanza y SUMA crecen en el mapa político”, escrito por Santiago Zeas. Encuentro que este texto difiere mucho del equilibrio y equidad que suelen primar en el diario.
Primero, encuentro inaceptable que se califique de “marginales” a provincias y capitales enteras del Ecuador solo para sostener la tesis de que el movimiento Creo no jugó un buen papel en las elecciones. El país es más que Quito y Guayaquil, y un proyecto verdaderamente nacional debe reconocerlo. ¿O acaso olvidamos que nuestra primera Constitución –y con ello la historia republicana- se forjó en Riobamba? ¿Es realmente necesario ningunear a la provincia de Loja –cuna de ecuatorianos ilustres como Isidro Ayora y Benjamín Carrión- para menoscabar los logros de Creo?
Segundo, me asombra el doble estándar del diario a lo largo del texto. Se recalca que son las primeras elecciones seccionales de Avanza y SUMA, omitiendo que también lo son para Creo. Por tanto, los tres movimientos han crecido, pues partían de cero. Por otro lado, se indica que el candidato César Monge “sólo” obtuvo 5,89% de los votos, cuando este mismo medio aplaudió como “la sorpresa de estas elecciones” al candidato Mauricio Rodas cuando obtuvo menos del 4% en las presidenciales de 2013 (el 4% de la votación alienta a SUMA). Tampoco se hace mención de que Creo ahora tiene alcaldes en alrededor de 20 cantones.
Entiendo que el análisis electoral es complejo. No esperaría que todos coincidamos absolutamente. Pero queremos que nuestras visiones sean consideradas válidas, debemos no menospreciar a nuestros compatriotas, y no cambiar la vara de medir para cada elección.