Mi solidaridad con el Sr. Gonzalo Rosero y Radio Democracia que haciendo honor a su nombre ha constituido tradicionalmente un baluarte de la libertad y la verdad.
Es un deber moral para todos los que creemos en la libertad de pensamiento y de expresión rechazar enérgicamente este nuevo atentado contra ella e, incluso, deberíamos acudir a instancias internacionales para resguardar la, cada vez más, limitada posibilidad de expresar públicamente nuestras ideas.