El socialismo del siglo XXI

Parece que esta epidemia del socialismo del siglo XXI, que nos ha tocado vivir a los pueblos de América, resulto más catastrófica que el zika. Pero lo bueno de todo esto, es que nos ha enseñado a todos los pueblos de América a perder el miedo y a vacunarnos, a que la misma no se haga pandemia.

Esta epidemia se está extinguiendo rápidamente y tenemos ejemplos. En Venezuela, en las últimas elecciones perdieron la mayoría en el Parlamento, por lo que el presidente Maduro está en un hilo de perder el poder y caer con pajarito y todo de Chávez.
En Argentina, perdieron el poder los Kirchner.

En Bolivia, el pueblo le dio un no rotundo a la reelección del presidente Morales. En Brasil, Lula da Silva y la actual mandataria, Dilma Rousseff, se encuentran en la cuerda floja por corrupción. Y todos estos revolucionarios están cayendo por mala administración y la corrupción.


Hablemos de Ecuador: el presidente Correa parece ya que viene quedándose sin 
gente, pues recicla a todos sus ministros.
En días anteriores, en una entrevista al ministro de Defensa, señor Patiño, indicaba que, como siempre se trasporta en bicicleta y está junto al pueblo, le piden que no se vayan y que se queden. En eso no se han equivocado, ya que el 80% de los ecuatorianos no queremos que se vayan hasta que presenten las cuentas de los dineros del petróleo recibido.


En uno de los periódicos locales salió una noticia, en la cual se decía que el Ecuador está entre los países más felices. En eso tampoco se ha equivocado, ya que el mismo 80% de los ecuatorianos está feliz porque ya se termina este gobierno con todas esas sabatinas de insultos y burlas sarcásticas, quitándonos los aportes a los jubilados, negando los aportes a Solca, irrespetando a los derechos humanos, a la libertad de expresión y acaparando todos los poderes del Estado. En todo caso, estamos viviendo una dictadura solapada.


El Ecuador está feliz, cantando ‘Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar ya les elimina’. Y para terminar: una reflexión que nos da “OSHO”: “Cuando un político quiere estar perenne en el poder, es porque es de la clase más baja en cuanto a la conciencia se refiere. Es astuto, hábil y mezquino y hace todo el esfuerzo que está a su alcance con una sola meta: ser más poderoso.

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