Silencio aterrador

No sé si el cansancio, la desilusión o el miedo causan el efecto deseado por el Gobierno: silenciar a la opinión ciudadana.
Si le ve pasar al Primer Mandatario no levante la mano aunque su intención sea saludar, ese dedo que por naturaleza o deformidad congénita es más largo que los demás será su desgracia, lo conducirá a prisión. No emita opinión alguna porque puede ser considerada ofensa a la primera autoridad y será condenado a pagar millonarias indemnizaciones por las que el beneficiario no pagará impuestos, ya que el SRI así lo privilegia mientras a los demás ciudadanos se los agobia con impuestos que solo sirven para cubrir la gigantesca y permanente creación de burocracia innecesaria y para seguir repartiendo caridades, bonos que con todos los pretextos van en aumento, creando así adeptos al Gobierno, dependientes, vagos e indignos.
El Gobierno no está interesado en emplear los enormes recursos que posee en educar al pueblo, generar empleo para sacarlo de la miseria y abandono, sino en mantenerlo sumiso e ignorante.
¿Por qué se soporta la prepotencia, los malos manejos el abuso gubernamental? ¿Será que se lleva en la sangre el peso de la conquista, los años de esclavitud con una cobarde resignación o un vergonzoso conformismo? ¿Son tan bajos la autoestima y el desarraigo patriótico que hasta se permitirá que se borre de la enseñanza la Historia y Geografía?

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