Los supuestos “beneficiarios” del servicio médico del IESS estamos ya cansados de solicitar mejoras en este caduco y pésimo servicio que, pese a nuestras aportaciones bien en calidad de activos o jubilados, venimos o hemos venido entregando, mes a mes, a este ente burocrático que, poco o nada, hace por brindar una mejor atención a sus pacientes.
Me referiré, en esta ocasión, al dispensario médico de Cotocollao, ubicado en la av. De la Prensa, cuya infraestructura y servicios dejan mucho que desear, comenzando por que existe un solo ascensor con capacidad para cuatro personas que, durante las visitas que, esporádicamente, hago, por desgracia o coincidencia, siempre se encuentra “dañado” o “en reparación”; obligando a los adultos mayores y minusválidos a subir los tres pisos “a rastras” por las escaleras, sin que nadie se preste a brindarles ningún tipo de ayuda.
Por otra parte, sabemos que existen equipos médicos dañados desde hace meses y nadie se preocupa por repararlos y, menos aún, sustituirlos; las baterías higiénicas son obsoletas y desaseadas; los médicos, al igual que las medicinas, escasean en forma notoria, etc.
¿Será acaso que no existe suficiente dinero para cubrir estas necesidades básicas o quizá se piensa que los pacientes afiliados no tenemos derecho a tener una atención digna? La pregunta para los involucrados en este asunto queda abierta…