Si usted, en el Distrito Metropolitano, se dirige por la avenida Colón desde la 10 de Agosto hasta la 6 de Diciembre, todos, toditos los semáforos lo detendrán en rojo, resultando la antítesis de la sincronización racional del tránsito, lo cual arruina su agenda, contamina más el ambiente, gasta más combustible y embrague, y acaba con su paciencia. Y así es todos, toditos los días, incluido el 23 F, día en el cual algunos supuestos ilimitaditos demostraron algunas de todas, toditas sus limitaciones.
Y esto no solo me pasa a mí sino a todos, toditos los limitaditos que circulamos por el bulevar Colón, seamos gerentas o gerentos, economistas o economistos, choferas o choferos, asambleístas o asambleístos, conserjas o conserjos, presidentas o presidentos, guardias o guardios, pediatras o pediatros, astronautas o astronautos, periodistas o periodistos, maquinistas o maquinistos, humanistas o humanistos sean maduras o maduros, etcétera, etcétero… ¡Qué cosas no!