Cuánto sectarismo, desde todo ámbito social, cuánta declaración intolerante, cuánta descalificación por la raza, por la actividad, por lo que piensas, o crees, por lo que propones, si eres indígena y piensas diferente, expulsado, si eres indígena jamás votarás por X o Y persona, no faltarán los mestizos que digan que no votarán por un indígena, ¡qué poco pensamos en el país! La campaña se inicia y ya la ciudad está llena de grafitis, iguales en color, contenido y forma que hacen pensar que provienen de una misma fuente, los epítetos, las descalificaciones, nuestro temor de las ofertas y de las reacciones que estas puedan generar.
El discurso de todos dirá, poco más, poco menos, lo mismo, nuestro deber es exigir valores, y esto hoy y ayer se demuestra a través de las acciones de vida, de resultados de gestión, del ejemplo dado, nuestro deber es saber diferenciar, y en campaña exigir propuestas de desarrollo, no baratija de ofertas y exigir, por sobre todo, respeto.