Que importante resulta entender los resultados de las elecciones del domingo pasado. No se trata de hallar los errores en las tácticas políticas, como se lo está haciendo. La calentura no está en las sábanas. La sola sospecha de que el Ecuador siga la ruta de Venezuela, sin duda, influyó en la actitud de las mayorías hacia las candidaturas del Gobierno y esta sospecha no es infundada, pues ambos gobiernos: se han declarado partidarios de la misma ideología -socialismo del siglo XXI; deploran las relaciones comerciales con EE.UU.; admiran a la dictadura cubana; parecen ser hostiles a la actividad empresarial privada, pues culpan a la burguesía -término marxista leninista para designar a los empresarios- de todos los males de los que padecemos y ahora ambos relacionan a movimientos opositores locales con lo que llaman “derecha fascista”, concepto, por cierto, muy mal aplicado y fuera de lugar.