Es evidente que lo que pasa en la sociedad se refleja en sus manifestaciones, sean estas educativas, culturales, económicas, deportivas etc., en este contexto se explica el rotundo fracaso deportivo en las últimas eliminatorias para clasificar al mundial de Rusia, competencia, en la que el Ecuador quedó en antepenúltimo lugar, entre diez países participantes, y según la última clasificación de la FIFA, ocupa el último lugar en Sudamérica. Resultado y consecuencia de una pésima dirigencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, cuyo ex presidente tuvo que responder por actos de corrupción, que ampliamente fueron demostrados, juzgados y sancionados por la justicia.
Nuestro país en los últimos años, ha estado afectado socialmente por múltiples casos de corrupción, perpetrados en su mayoría por funcionarios del anterior gobierno correísta. El expresidente, quien con sus continuas diatribas mofas e insultos contra quien pensaba políticamente diferente, indujo a la división social y al odio entre ciudadanos, en vez de buscar su armonía.
En muestro sistema social, en que hay crisis y corrupción en todos sus estamentos, el fútbol no estuvo ajeno a ello. Al respecto un prestigioso Director Técnico que dirigió a nuestra selección en una época pasada dijo muy acertadamente “que se juega como se vive” y nuestro equipo de fútbol, demostró un rendimiento muy deficiente. El deporte no es solo músculo, sino cerebro y corazón, es una de las más nobles actividades del ser humano.