Primero se fue la paz, se esfumó. El último que la vio dijo que iba de la mano de la justicia, iban de prisa, no se sabe a dónde. Ahora la libertad decidió
seguirles los pasos, hizo sus maletas y también huyó.
Nos quedamos sin ellas, escaparon por una frontera abierta a merced de cualquiera, al irse quedó un gran vacío y tres espacios libres que fueron ocupados de inmediato por la violencia, la represión y la ambición.
Ahora estamos amordazados por la represión y nos hemos convertido en testigos mudos de las sucias acciones de la violencia y de la ambición que llegaron con el hambre voraz de hacerse dueñas de lo que más puedan, de enriquecerse
a costilla de otros que trabajaron toda la vida por tener lo que tienen.
Estas tres pregonan que son amigas de la justicia y en su nombre toman lo que pueden. Ahora lo de ellos… muy pronto quizás lo nuestro.
Hagamos votos porque vuelvan las que se fueron, pidamos a gritos que regresen por donde salieron y cuando entren, saquemos a las intrusas y pongamos candados a esa frontera abierta.