Han pasado cuatro años desde que papá se fue para siempre. Pensamos que nunca llegaría ese día. Su recuerdo está en todas partes. Cómo fue de importante su presencia en nuestras vidas, crecimos bajo su amparo con seguridad y estabilidad. Nos respaldó siempre y siempre pudimos contar con él.
Tuvimos un hogar hermoso, con errores y virtudes, con discusiones y armonías… Y así pasaron los años llenos de desafíos, de éxitos y tristezas y, poco a poco, llegó la estabilidad moral y económica, la paz y la alegría que se quedaron con nosotros para siempre…
Dejó un vacío tan grande y un ejemplo de vida. Su inmenso amor nos protegerá y nos cubrirá por siempre, sus bonitas expresiones sin ser zalamero, sus recomendaciones hasta el último momento sin temblarle la voz, su mirada firme, sus preguntas certeras y lógicas, su seguridad para todo… Ahora descansa en paz en el verde-azulado del mar.