Los grandes desentendimientos que se han venido dando entre el Presidente y el Vicepresidente, no tienen otro origen que las graves inculpaciones que la ciudadanía ha hecho públicamente contra éste por las irregularidades que se van descubriendo, al comienzo en las áreas que estaban bajo su responsabilidad. Sin embargo algunos seguidores siguen defendiéndole, pese a que, más tarde hasta podrían convertirse en encubridores.
El fanatismo político les ha llevado a “algunitos” inclusive a pensar que las acciones judiciales que están ventilándose, serían una supuesta traición del Presidente, por no haber impedido que se establezcan responsabilidades contra su compañero de fórmula. Lo grave es que el expresidente estaría pensando así. Veamos por qué:
1.- Denunciar el pago de coimas a un exministro; falsedad, porque eran “honorarios”; 2.- Pedirle al Vicepresidente “que comience a trabajar”, ironía imperdonable; 3.- Informar respecto a los “niveles reales” de endeudamiento, inaceptable deslealtad; 4.- Realizar una “auditoría de la deuda” del país, equivocación y gasto innecesario; 5.- Entregar un bloque petrolero en condiciones perjudiciales, persecución.
No sé cuál va a ser la reacción de los correístas cuando terminada la auditoría de la deuda, la Comisión determine que se violaron disposiciones legales al haberse sobre pasado el nivel de endeudamiento del 40%; ya que, el numeral 6 del artículo 290 de la Constitución textualmente señala que: “serán imprescriptibles las acciones por las responsabilidades administrativas o civiles causadas por la adquisición y manejo de deuda pública”.