El motivo por la cual he vuelto a escribirles es por el evento realizado en Quito el 10 y 11 de agosto; mi queja va a los organizadores, al Municipio, a la Policía Nacional y Metropolitana.
¿Qué clase de trato recibimos los rockeros? ¿Dónde está la dignidad y libertad que tanto pregonan? Hasta el día de hoy no oí ni leí una crítica por el trato al que fuimos sometidos (a mí me manosearon los senos y tuve que decirles que eran las varillas del sostén lo que sentían y quitarles a las bravas las manos). ¿Acaso que por vestir y pensar diferente a la gente “normal” merecíamos ese trato? Había tantos policías dentro del Parque Bicentenario, en realidad no sé para qué. El caso es que afuera, a los verdaderos delincuentes nadie los controlaba. Desde la avenida Amazonas a la avenida De la Prensa ni un solo policía al cual acudir y peor aún quién controlara ni con quién quejarse de las tarifas astronómicas que imponían los taxistas. Por cierto, al topar el tema de los taxistas ¿dónde y cuándo realizan los controles? En el tiempo que llevo tomando taxis (seis años) nunca he visto nadie que lo realice.
¿Qué sentirían ustedes al ser tratados así en un concierto de Chayanne, Marc Anthony, Jenifer López o algún artista del nivel comercial aceptado?