Como ciudadanos dejamos de lado la importancia del ecosistema que nos rodea, sin necesariamente referirse al mundo y los tan conocidos problemas climáticos.
Comencemos por el ambiente de nuestra ciudad, en la cual pasamos el 90% del tiempo y donde tenemos mayor impacto a diario. Es de vital importancia dedicar un momento a pensar en la reconstrucción del hábitat de la capital para devolver el equilibrio natural. Esfuerzos como la eliminación de especímenes invasores que se han tomado agresivamente el panorama en los valles matando la vegetación como el ojo de poeta o la oreja de león nativas de áfrica es necesario. Proyectos como la reinserción de fauna endémica como la rana marsupial en la ruta viva realizada por la EPMMOP, alientan este proceso. Simples esfuerzos como tener un poco de agua limpia para las aves en nuestro jardín o balcón y la siembra de vegetación hace una diferencia. Así tendremos una ciudad viva y mejor para todos, pese a que la urbe como tal, aparentemente no albergar vida es todo lo contrario solo hace falta observar nuestro alrededor.