Un SOS para Quito

Quito, la linda capital de los ecuatorianos está herida de muerte. Es increíble como una ciudad puede resistir tantas amenazas de factores externos que comprometen seriamente su integridad, su diseño, y la existencia de todos los elementos naturales como materiales que mimosamente la adornan, y los cuales han hecho que esta ciudad haya sido recientemente considerada y designada como una de las capitales sudamericanas más hermosas y propicias para el turismo internacional.

Pero es vergonzoso observar cómo las paredes de edificios, casas, puentes, verjas, iglesias, colegios e inclusive recintos militares y cementerios aparecen llenos de grafitis, muchos de los cuales no transmiten en absoluto ningún mensaje, sino que presentan un aspecto deplorable en algunos casos de dibujos obscenos o de leyendas sin significado. Los grafiteros tienen derecho de demostrar lo que sienten o el mensaje que desean hacer llegar, pero de ninguna manera dañar la propiedad pública o particular.
Y una de las cosas más graves que afecta a nuestra ciudad es el esmog que inunda a muchas calles, por donde transitan vehículos, sobre todo, de transporte que emanan por sus escapes gases dañinos.

Señor Alcalde, por favor controle esta absurda situación, que alguien ordene este caos que se suscita diariamente en las calles en donde hace mucha falta un control policial, para evitar que los letales ataques que he mencionado hagan presa definitiva de nuestra ciudad.

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