En el editorial del 11 de diciembre referente a: ‘Ecuador, Venezuela y la Política’, se menciona a Simón Bolívar, lo que como quiteño que soy me hizo sentir molesto al recordar el artículo de Simón Espinosa Cordero del 9 de mayo del 2009, en ‘Hoy’, publicó el texto de una carta de Bolívar a Santander (su verdadero, aunque velado enemigo) en la que usa epítetos altamente ofensivos en contra de los quiteños…
El texto, dice:
“Hombres tan malvados como ingratos… yo creo que he dicho a usted antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos… los venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son una misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios y los indios son todos truchimanes (astutos, taimados), todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guíe…”.
Juicio perverso, mezquino e ingrato de aquel que, olvidando que fue una quiteña quien en dos ocasiones arriesgó su vida para salvarlo, profirió esas insolencias en contra de los nacidos en esta muy noble y muy leal San Francisco de Quito.