Si bien es cierto que vivimos en una democracia participativa plena, también es verdad que haya tanta proliferación de partidos y movimientos políticos, con la venia del CNE quién autoriza su inscripción, no sé si de mala o buena fe, al igual que la entrega de los carnés a personajes poderosos que los obtuvieron en un día para aprovecharse, cuando los que en realidad necesitan han esperado años, son signos de una decadencia moral y ética, que practican la mayoría de seudos políticos que se aprovechan de la alta corrupción desde hace 13 años.
No es posible que en un país tan pequeño haya tal cantidad de personajes que desean entrar en la política y ser presidentes, sino miremos que hasta este momento hay 24 pre candidatos, un absurdo que se prestan a ciertos amarres de movimientos chimbadores que se acomodan al mayor postor. En el caso del ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, quien duró poco tiempo en el cargo y renunció faltando apenas diez meses para su terminación a quien le pico el bichito del poder y ahora es un posible candidato, personaje que no ha sido político sino un empresario y radiodifusor joven y próspero que por la ambición del poder deja su cargo para alcanzar un poder mayor.
Con respecto a los movimientos indígenas, sabemos que ambicionan el poder, pero están divididos, y a la final servirán a otros partidos políticos de raigambre popular! ¡Pueblo ecuatoriano votemos a conciencia para no volver a fracasar! Ya no se soporta más.